La creatividad no es una locura, es estrategia
- Liliana López
- 19 dic 2024
- 3 Min. de lectura

¿Realmente estamos preparados para cambiar el paradigma sobre estas habilidades?
Paso mucho tiempo de mi vida laboral entrenando e interactuando con personas cuyo perfil está alejado de mi formación. Mi rol con ellos es ser niña predicadora de la palabra de nuestro señor de la innovación en una diversidad de talleres y cursos:
-Disculpe, ¿está Usted muy ocupado? ¿Tiene un momento para escuchar sobre las mieles del pensamiento divergente y la cultura de la transformación?. Es solo un taller de 3 horas. ¿No? ok, bueno…ni modo, lo mandaron de dirección. Póngase cómodo y sírvase café.
Como buen predicador de un dios desconocido y algo extraño para realidades latinoamericanas, resulta raro para algunos equipos el valor que puede aportar el pensamiento creativo en procesos de calidad, operación y gestión de proyectos. Como que el paradigma es que tú contratas a un diseñador para que te haga presentaciones bonitas o porque no le entiendes chido al Canva, o porque necesitas alguien que te haga unos diseñitos rápidos de stands para tus productos; y no necesariamente piensas en que un diseñador puede ayudarte a hacer estrategias integrales de tu negocio o ser pegamento humano para que tus equipos dejen de odiarse y empiecen a trabajar de manera coordinada.
No estoy loca, en serio, tengo un punto. Resulta que el pensamiento creativo tiene la particularidad de ser la base para la solución de problemas a problemas complejos. Ingenieros, publicistas, arquitectos y diseñadores (entre otros) compartimos este rasgo. No menciono a artistas, porque creo que si bien está en ellos este mismo gen, el fin en sus producciones es otro. Pero sí, en menor o mayor medida, la creatividad es algo inherente en el ser humano, que se perfecciona y fortalece conforme mejoras esta habilidad y, cuyo enfoque no está limitado necesariamente a objetos o producciones audiovisuales.
En su libro, El peligro de estar cuerda, Rosa Montero, desmenuza meticulosamente y a veces personal, temáticas e implicaciones alrededor de la creatividad y la figura del ser creativo: imaginación, locura, neurociencia, genialidad, soledad. La autora refiere un libro de la neurobióloga Mara Dierssen, El cerebro del artista, que desde un punto de vista científico, explica las diferencias entre los cerebros de las personas creativas, partiendo de hipótesis que suelen ser asociadas al individuo definido como creativo: genialidad, transgresores de la norma, a veces inadaptados o con severos problemas psiquiátricos o con drogas. ¿Será por un cableado defectuoso, como menciona Rosa? Yo creo que no, más bien se deben a que funcionamos diferente y, como en todo, estas diferencias son fortalezas en ciertos contextos, por ejemplo, en proponer conceptos, estrategias o plantear soluciones a problemas con una complejidad alta.
No me malinterpreten, hay otras ramas del saber que abordan de manera espectacular el diseño de estrategia o visión de negocio que es valiosísimo revisar. Pero el problema que yo le veo a la mayoría de las herramientas que proponen, es que parten desde una postura de pensamiento analítico, convergente, partiendo de lo que ya es, ya sabemos y asumiendo que las cosas así van a permanecer, amén. Un diseñador, por otro lado, parte de no asumir nada. Estar abierto a re-aprender y cuestionar lo que sabe para luego, incorporar nuevos conocimientos y construir propuestas afines al problema identificado y los contextos en los que este problema se sitúa, es parte de lo que se aprende en la Escuela y toma mucho tiempo poder perfeccionar y dominar con soltura.
El valor del pensamiento creativo es tangible en procesos de trabajo que conllevan altos niveles de incertidumbre. Así como el pensamiento crítico en procesos de trabajo analíticos y altamente operativos es vital para que la ejecución de una tarea se lleve con enfoque a cabalidad. El reto consiste -como todo en esta perra vida- en encontrar el balance. Un equilibrio óptimo de equipo, flujo de trabajo y capacidades que permita combinar a ambos perfiles para aprovechar las capacidades.
Así que si eres empresario, emprendedor, líder de equipo y estás leyendo esto, no asumas que un diseñador SOLO puede ayudarte a poner tus presentaciones bonitas o ayudarte con la decoración Navideña; sino que realmente podemos aportar una visión integradora y holística a retos del negocio. Los perfiles creativos pueden ayudar a plantear estrategias, soluciones que integren diversas visiones y comprender las conexiones que afectan las dinámicas de trabajo y no son tan obvias, pero en especial, proponer soluciones que aborden varias perspectivas de acción.
No tienes que ser tan aventurado. Puedes empezar invitando a personas de otras áreas creativas que formen parte de tu empresa a sesiones de trabajo donde se esté analizando un problema. No te angusties si parece caótico o si todos tienen la sensación de que no están llegando a nada. Eventualmente, esta heterogeneidad de visiones rendirá frutos. Todo camino de transformación parte de pequeños cambios, a veces imperceptibles pero constantes. Total, si todo falla, siempre puedes regresar a lo conocido.
Comments